Galeon San Martin 1580

DATOS HISTORICOS SOBRE EL GALEON SAN MARTIN


1.- Había gran número de ellos en la Grande y Felicísima Armada, siendo el más importante el San Martín, de mil toneladas de peso y que contaba con 50 piezas de artillería. Su tripulación estaba compuesta por 177 marineros y 300 soldados.


2.- El día 4 de Agosto de 1.578 murió en la batalla de Alcazarquivir Sebastián de Portugal, a la edad de veinticuatro años, sucediéndole en el trono el Cardenal Infante D.Enrique I. El monarca pidió dispensa al Papa Gregorio XIII para poder casarse y dar un heredero a la corona de Portugal, pero murió antes de poder obtenerla. Por fin quedaron dos nuevos candidatos: D.Antonio, Prior de Crato, sobrinoilegítimo del rey Juan III y el rey Felipe II de España, primo de D.Enrique, siendo este último, tras in-finidad de avatares, quien incorpo-ró la nación portuguesa a la corona de España.

Sin duda el hecho de armas más importante del San Martín sea el haber participado, como nave capi-tana también, en la fracasada expedición llevada a cabo por la “Arma-da Invencible”. Dicha Armada la componían más de 130 unidades, que montaban 2.431 piezas de artillería y más de 30.000 hombres. Delas diversas escuadras que formaban la invencible, tales como, las de Andalucía, Guipúzcoa, Vizcaya, etc., la más importante era la de Portugal, formada por poderosos galeones, entre los que se contaba el buque insignia de la gran Armada San Martín, al mando del duque de Medina Sidonia. El artífice de la construcción de la Armada, D. Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, capitán general del Mar Océano, había fallecido, por desgracia para España, el 9 de febrero de1.588. En sus planes para la invasión de Inglaterra, consideraba necesarias casi 800 embarcaciones de todo tipo, unos 95.000 hombres de mar y tierra y 1.600 caballos.
Tras sufrir la enorme derrota el San Martín arribó a Laredo el 23 de septiembre de 1.588 al mando de Medina Sidonia, junto con otros buques que paulatinamente fueron llegando a diversos puertos del Cantábrico.

Por lo que respecta a su aspecto general, nuestro ilustrador, el pintor Sampol Isern, nos dice encontrarse con el eterno problema, cuando trata de buscar documentación gráfica de buques concretos, que navegaron hace varios siglos. A veces solo se cuenta con información escrita, más o menos completa. En otros casos se dispone de información gráfica, cuya veracidad se puede al menos contrastar con los aparejos, jarcia, arboladura y velamen de la época. El caso más complejo es cuando aparecen varias pinturas de época o posteriores en la que se supone representado el buque objeto de estudio y que presentan de unas a otras notables diferencias.
Reproducción muy aproximada del que fue realmente el Galeón “San Martin”

Con relación al galeón San Martín, a partir de estas pinturas, en el siglo XIX, los Sres. Monleón, Leira y Riudavets, llevaron a cabo la reconstitución de este galeón, del que hoy nos queda un detallado dibujo. En él aparece un buque que difiere bastante de la imagen que del San Martín nos han dejado otros artistas, tales como el pintor Bernard Gribble. Para los investigadores nombrados en primer lugar, fue el San Martín un buque alteroso pero de un aspecto general mas bien sencillo, carente de adornos y pinturas de distintos colores en su casco.
Por el contrario, un óleo de Gribble nos presenta un buque tan ostentosamente recargado de tallas, dorados y pinturas con profusión de cruces, ángeles y arcángeles en sus velas, que nos parece poco menos que increíble que semejante nave hubiese alguna vez surcado los mares. Lo que llama también la atención es ver que por las portas de los cañones sobresalen numerosos remos, cuando es sabido que los grandes galeones no usaron nunca este medio de propulsión.

El casco aparece con una franja azul, con volutas talladas. Simplificando esta versión del San Martín y ornamentando un poco la del dibujo decimonónico, sale una intermedia que se les muestra. La mesana latina y las otras velas tienen pintadas simples cruces algo historiadas. En cuanto al casco, la galería de popa aparece un tanto recargada y cuatro garitas o pequeñas torres guarnecen los cuatro ángulos del castillo. Se ha pintado también la franja azul próxima a la flotación, aunque con las volutas.